Hay libros que llegan a ti en el momento justo, y Diálogos al atardecer fue uno de ellos. Gracias al a hermosa dinámica del Libro Viajero, organizado por Sociedad páginas, promocionesblum y al autor Francisco Gallardo Perogil, tuve la oportunidad de adentrarme en este poemario que me ha dejado una profunda huella.
Francisco Gallardo Perogil escribe con una sensibilidad extraordinaria. Su pluma es pura armonía: delicada, sincera y luminosa. Cada poema es breve, pero infinitamente profundo; pequeños fragmentos de alma que invitan a detenerse, respirar y contemplar la vida desde una perspectiva más serena y amorosa.
El autor logra transformar la sencillez del lenguaje en un vehículo de emoción genuina. No necesita grandes recursos para conmover, porque su voz poética fluye con naturalidad, con esa honestidad de un canto al amor, a la naturaleza, al alma y a la paz interior. Un refugio entre palabras donde cada verso ilumina como la última luz del día.
Agradezco sinceramente haber podido leerlo gracias al Libro Viajero y a quienes hicieron posible esta experiencia compartida. Sin duda, lo considero una joya poética, un cinco de cinco estrellas en todo sentido.
Cuando la poesía se convierte en refugio, el alma encuentra su calma.
Wendy Ramírez




